miércoles, 11 de agosto de 2010

AMOR.

I. En los sinópticos, Jesús nos enseña explícitamente a los suyos el amor a Dios, implícito en la participación del Espíritu (para el pueblo judío, cf. Mt 22,37 par.); lo traduce en imitación (Mt 5,44s), fidelidad (5,20), en realizar el designio de Dios (Mt 6,10; 7,21; 12,50; 18,14; 21,23; Mc 3,35; Lc 8,21).

En el sermón del monte, ser fiel a Dios (Mt 5,20) significa cumplir las bienaventuranzas (5,19: "esos mandamientos mínimos") y se traduce en no despreciar ni ofender (Mt 5,21-26.27-30.31s), ser sincero (5,33-37), renunciar a la venganza y practicar la generosidad (5,38-42), renunciar a la vanidad y ostentación (6,1-18), perdonar las ofensas (6,14s), no acumular riquezas (6,19-21), no ser esclavo del dinero (6,24) ni preocuparse sólo por lo material (6,25-34), no condenar (7,1), es decir, amar al prójimo con las obras, pues eso significan la Ley y los profetas (7,12).

Condición necesaria y suficiente par alcanzar la vida definitiva es el amor al prójimo (Mt 10,17-19 par.; Lc 10,25-37; Mt 25,31-46).



II. En Jn el amor se designa con dos sustantivos; kháris, el amor gratuito y generoso que se traduce en el don (1,14.16.17), y el prácticamente sinónimo ágape, que significa el amor en cuanto es entrega de sí (5,42; 13,35; 15,9.10.13; 17,26). Philos, amigo, se opone a "siervo" (15,15) y denota el vínculo de amistad que establece una relación de igualdad.


a) El "amor leal" se identifica con "la gloria" (1,14.17) y con el Espíritu (1,14.32s), el don de amor que los discípulos reciben de la plenitud de Jesús (1,16; 20,22). El Espíritu es el amor en cuanto dinamismo y fuerza interior (4,24).

El término "lealtad/fidelidad" (gr. alétheia), que califica al amor (1,14.17), se emplea también solo para indicar el amor leal (3,21). El contenido del "mensaje" (gr. logos) es la práctica del amor (5,24; 8,31; 14,24). El "mandamiento" es el amor en cuanto norma de vida (13,34). La "vida" se identifica con el "amor"; de ahí que la comunicación del Espíritu-amor sea comunicación de vida (6,63). La "verdad", desde el punto de vista subjetivo, es la experiencia de vida que produce la práctica del amor (8,31s).

b) Símbolos del amor. La sangre y el agua que salen del costado de Jesús: amor manifestado y Espíritu/amor comunicado (19,34; cf. 13,31s). La permanencia de ese amor se indica por el símbolo del costado abierto después de la resurrección (20,20.25.27). Simbolo del amor como servicio es el paño que Jesús se ata para lavar los pies a sus discípulos (13,4) y que conservará puesto (13,5.12).

c) El amor de Dios: el Padre. Característica de Dios como Padre es el amor indefectible (1,14). Dios es Espíritu (4,24; 1 Jn 4,8: Dios es amor), fuerza y dinamismo de amor, que alcanza a la humanidad entera (3,16: el mundo) y lo demuestra dando a su Hijo único (ibíd.). Su amor se propone que el hombre no conozca la muerte, sino que tenga vida definitiva (3,16.18; cf. 6,39).

El Padre ha amado al Hijo desde antes que existiera el mundo (17,24). Demuestra su amor a Jesús comunicándole la plenitud de su gloria, el amor leal (1,14), el Espíritu (1,32; 4,24); lo hace así igual a él, lo pone todo en su mano (3,35; 17,10), la actividad del Hijo es la del Padre (5,17.19s.21.26) y el Padre está siempre con Jesús (8,29; 16,32). El amor del Padre por Jesús se basa en la igualdad e identificación que crea la plena comunicación de la gloria/Espíritu (10,30.38; cf 14.10.11b.22).

d) Ama a los discípulos porque ellos quieren a Jesús y le dan su adhesión (16,27; 17,32.36; 19,30); les demuestra su amor: viniendo con Jesús y quedándose a vivir con ellos, como compañero de vida (14,23).

e) Amor de identificación y amor de entrega. El amor del Padre a Jesús y a todo hombre se muestra en la entrega de sí mismo por la que comunica su Espíritu/amor, principio de vida (1,14: gloria), que unifica con él. Jesús, "uno" con el Padre (10,30), está identificado con él (10,38; 14,9); su respuesta al amor del Padre es la entrega de sí mismo a los hombres (14,31), para comunicarles el amor/Espíritu del Padre y suyo (19,30).

El discípulo recibe de Jesús el Espíritu/amor (1,16.33; 15,26; 20,22; cf. 17,22)quedando integrado en "la unidad", identificado con Jesús y el Padre, a nivel comunitario (14,20) y personal (14,23). Responde al amor recibido con una entrega igual a la de Jesús (13,34). Se amplía así progresivamente el ámbito de "lo uno" (17,11b.21.22.23), de donde irradia el amor a la humanidad. Esta unidad en el amor ("lo uno") constituye el reino de Dios.

f) Jesús expresa su amor al Padre con su entrega (10,18), amando a los hombres como el Padre, hasta el extremo (13,1; 14,31; cf, 15,9s), mostrando así su identidad de designio con el Padre (5,30; 6,39). Se entrega por la humanidad entera (10,11: las ovejas; cf. 5,25; 10,3a); su amor es eficaz con los qu escuchan su mensaje (5,25; 10,3b) y le dan su adhesión (3,16; 6,39s; 10,14.26; 12,46; 18,37).

g) Jesús ama a sus discípulos (11,5; 13,1.34; 14,21; 15,9, 12). Un discípulo innominado, el predilecto de Jesús, su amigo íntimo y confidente, es el prototipo de ese amor (13,23; 19,26; 20,2; 21,7.20). Amor de amistad, que excluye la sumisión y la distancia propias del siervo (15,13-15; cf. 21,17; Lc 12,4).

h) Explica a los suyos la calidad de su amor en el lavado de los pies (13,4-17), donde, siendo "el Señor", se hace servidor, dándoles también a ellos la categoría de "señores" (hombres libres, cf. 8,36). El amor es, por tanto, la entrega de sí para dar al hombre dignidad y hacerlo libre, creando la igualdad. Se extiende a los enemigos, incluso a costa de la propia vida (13,21ss). El mandamiento del amor.

i) El amor de los discípulos a Jesús consiste en la identificación con él (14,15), en la asimilación a él (6,54), cumbre de la adhesión/fe; le permite amar como ha amado Jesús (13,34), cumplir sus mandamientos (14,15),lo que es a su vez la prueba de que existe la identificación/amor (14,21.23). Al que se porta así, Jesús le hace experimentar su presencia (14,21; cf. 15,9).

j) En la comunidad resplandece el amor, "la gloria" (17,22; cf. 17,10), que es la presencia del Padre en ella y que la convierte en santuario de Dios. Es el factor de la unidad (17,22.23). Se manifiesta en el compartir (6,11; 12,8; 1 Jn 3,17).

k) El amor, condición para conocer la verdad.


III. Para Pablo, la gran prueba del amor de Dios al hombre es que Jesús Mesías murió por los culpables (Rom 5,8); el Espíritu da al creyente experiencia interior de ese amor (5,5), que da la seguridad de la salvación (5,10), pues Dios ya no acusa, sino perdona (8,33) y colabora en toda circunstancia al bien de los que lo aman (8,28); hay que estar orgullosos de tal Dios (5,11).

El cristiano conoce el amor de Jesús (Gál 2,20; Ef 3,19). El amor fraterno, expresión necesaria de la fe (Gál 5,6; cf. Sant 2,14-17; 1 Pe 1,22), entrega al servicio (Gál 5,13), fruto del Espíritu (Gál 5,22; cf. Rom 15,30), don e Dios por excelencia, superior a todo carisma (1 Cor 12,31-13,3).

El amor construye (1 Cor 8,1), es el vínculo de la unidad (Col 2,2), el cimiento y raíz de la comunidad cristiana (Ef 3,17), hace inmaculados ante Dios (Ef 1,4; cf. 1 Pe 4,8), es el cumplimiento e la ley moral (Rom 13,10). Dios mismo lo enseña (1 Tes 4,9), es el clima de la comunidad (Rom 12,10; Heb 13,1); el buen estado de las comunidades se mide por su fe/adhesión a Jesús y por su amor mutuo (Ef 1,15; Col 1,4; 1 Tes 1,3; 3,6.12), que se manifiesta con el beso ritual (Rom 16,16; 1 Cor 16,20; 2 Cor 13,12; 1 Tes 5,26; cf. 1 Pe 5,14).

IV. También Santiago reduce la ley moral al mandamiento del amor al prójimo, ley del Reino (2,8), ley de hombres libres (1,25; 2,12), ley perfecta (1,25). Exigencias del amor son la igualad cristiana (2,1-4), preferencia por los pobres (2,5-7), amor de obra (2,14-17); la explotación, excluida (5,1-6).

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